1.. 'Mita II

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A Susana Patiño de Gutiérrez

Como el candil de una vela
temeroso por la brisa
en la oscuridad última,
apagábase igual la luz

de mi única Hada Madrina,
antes de la media noche
y de cumplir mi deseo,
en un hospital de antaño

fundida, tendida en cama,
fusionada entre sábanas
blancas, con tubos en su piel
de senil, perdida, triste,

agotada por la vida,
pero vivas esperanzas
de vivir otros días más.
Quien fue madre de mi madre

sollozaba en el cruel tiempo,
rogando a simples mortales;
como si ella no tuviese
a un Dios que tanto la amase:

“No me dejen dormir jamás.
Denle agua a esta boca seca
que cerrándose, hija mía,
ésta, sin voluntad está.

Ven, ven y toma mi mano
que ya no puedo levantar.
Son pesados mis párpados
y mirarte no podré más.

Sólo veo a esa Señora
que implacable –como siempre-
viene a deshilar mi vida
de un solo golpe al corazón.

…Siento el último suspiro
atemorizar a mi hija,
la única que me vió partir:
inhalar… exhalar… morir”.

2.. Inculpable

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Hábil tauromáquico el Manolete.
Desorejador taurino: no es porte.
Poco incumbe ociosidad al deporte.

Arte pobre taurómaco cadete
como un profesor sin dingolondangos…
torero artista lento torpe en tangos.

¡Bravo!, al paladín –honroso jinete-…
como un poeta que entre versos muere
la rima sin nombre que nadie adquiere.

¡Oh! al doble A ausente, sin toga y birrete
–adormecido como el vigilante-;
su nocturno andar vale divagante:

sin ver en el campo el rústico ariete
que expulsa ávido el agua al ateniense,
sin sentir que alguien quizás no le piense

más la voz tronadora: ¡Tarde es! ¡Vete!
¡Ah, Taurino! ¿Y tu rejoneadora?
¿La que una vez fue músico y pintora?

¡Ah, Taurino! Sin culpa Manolete.
Como antes: confidente, sin senectud.
Amante, labriego, vasalla virtud.

3.. Poema a Leonor

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Querida Leonor:

Si te quisiera más que a Dios
tristemente lloraría
ver mis lágrimas que caen
derramadas en tus manos,
verlas caer en las mías,
fijas, vacías en la piel.
Te he querido intensamente
como eclipse amada mía.

Eso es lo que siento por ti
cuando me abrazas muy fuerte
en escasos dos segundos;
nada a mi cuerpo le duele.
Sé que es sincero tu abrazo
y sé que es sincero el mío,
lo dices cuando me miras;
todo en nosotros se puede.

Te quiero mujer del alba
como habitas mis mañanas:
siempre tranquila, tímida,
más inocente al mundo gris.
Simulemos qué campanas
irían en nuestra boda
para un lado y para el otro
campaneando nuestro amor.

Si. Te quiero como siempre,
para toda mi eternidad,
en las buenas y en las malas,
en la salud y enfermedad,
sin que nadie nos aturda
el jolgorio de las aves
que juntas quisieron volar
por encima de las nubes.

4.. Al otro lado de la página

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Y si literalmente
se abre una vieja herida
tal que recuerde el terror
inquisidor
en la insania insensata
do está la vida misma:

hundida en el mar rojo
con litros de agua espesa;
pulmones inundados
agotados
por el aire faltante…
que horror si eso así fuera.

Hace tanto que es tiempo
de dejar el filo atrás
y de nuevo comenzar
a organizar
el desorden de casa;
es pensar y actuar, no es más.

Girar otras páginas
de otros libros sagrados
de otras congregaciones;
religiones
de diferentes vidas
con sus rostros signados,

palmos y estigmas juntos
en seglares, y fieles
los fieles al flagelo;
en su duelo
con azotes seguidos
buscan el perdón de antes.

Mirad la obra del gran Dios
que custodia las almas
vagantes en las penas;
ved cadenas
comprimir su libertad,
vedlas apresar, ¡vedlas!.

Vedlas retar el poder
quienes abren espacios
con el filo del arma;
blanca alarma
para los azorados;
ven la vida en harapos:

tristes atormentaos
callan en la vigilia
y su palestra enfrentan,
se alimentan
de la fe y la esperanza
que ofrece su vigía,

un Dios de alto comando,
un ser insuperable,
evita siempre dormir
para sentir
el que punza su mano
y así, su mal evitar.

La vida en esa alcoba
suele ser recurrente,
gira entorno a lo mismo,
al abismo
de la eterna oscuridad
donde la verdad miente.

5.. Sé mi Doncella mi ángel
(Soteno)

A Melina

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He soñado con un ángel que me visita
misteriosamente cuando intranquilo duermo
en agonía, caído en la cama, enfermo,

y escucho cerca a su corazón que palpita;
me despierta en ecos de voz sobre mi pecho,
busca calentarlo; ¡vaya el esfuerzo que ha hecho!

Me ha abrazado entre alegres versos con sus cantos
modulando la escasa luz en mi cuarto. Ella,
me ha protegido desde arriba con sus mantos;
parece ser la sencilla y fugaz estrella

de vívido color en sueños amarantos,
de vanidad perdida; completa Doncella
de mis cuentos de hadas; ujier de tantos, tantos
días felices, vive conmigo Doncella.

6.. V.I.P

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Entre tú y la esbelta luna llena
un As de persona muy importante
camina con la multitud plena.

Música gótica resonante
frente a una multitud plena –rectos
saltos continuos-; canto alabante,

–voz progresiva-, cuerdas –vibratos-,
distorsión, punteos –melodía-,
baquetas – percusión-, hierba, opio y tos.

Y entre tú y la regia luz del día
un As de persona muy importante
el calígine recuerdo enfría

si posa suave su labio amante
en la boca sin sal cristalina;
olvido la lengua ruin, cambiante.

7.. Temporada
(Soneto)

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Sangre rústica corre por mis venas
si aún más aspecto citadino tenga
-el ropaje negro cubre mis penas-
la dama cuerda que a mi lado venga

a alivianar negras noches serenas
perdida bajo el tiempo que mantenga
la luz que espanta las risueñas hienas
que van tras la presa sin cual mal venga.

Corre por mis venas sangre rústica
la amo como a mi guitarra acústica
de acabadas cuerdas y puente y mástil…

más no importante el delirio adyacente
divaga el canto cerca a la edad táctil
que se propaga a tu lado, mi gente.

8.. Casi un ángel

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Viro hacia el costado izquierdo de mi cama,
callada estás, y tan tierna como un ángel
sueñas con el majestuoso Dios que te ama;
anhelo plácido ser un día tu arcángel.

Ser tu protector por toda una eternidad,
ser tu salvador de las fuertes penumbras,
amedrentarlas sin ninguna vaguedad,
comprimirlas si con tus ojos alumbras
en las densas tinieblas de los réprobos,
sentenciarlos con tu canto de Aleluya,
ya nada más turban sentimientos probos;
no existe condenado que de ti, a él huya.

Pero ángel tan eclesiástico no eres tú,
a diario nubes de feromonas expulsas
e impíamente las levas con gran ímpetu
y a mi nivel de testosterona la forzas
a un excitante combate cuerpo a cuerpo;
son dos mundos equilibrados en placer,
sin emplear arma blanca –en acto extirpo-
gozamos de todo amor que se puede hacer.

9.. Discordancias
(Soneto)

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En cuanto a música, exóticas comidas,
de tantas películas, y compañías,
de enormes deseos, largas travesías,
de la diversidad de sitios, bebidas…

de caricias –tus emociones perdidas-,
temas para conversar; –¡cómo vestías!-,
de gestos, expresiones, ¡las alegrías!,
de sueños, bastos caminos, y de vidas…

hobbies, anhelos, pensamientos, ideas,
de comportamientos, visitas a aldeas,
de arte, cultura, cuidados naturales…

que a los dos nos gustasen, ni tal vez luego.
Niña de ojos llameantes como el fuego,
nos quisimos harto, aún tan desiguales.

10.. De la prima a la sexta

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I


Mi guitarra acústica –fiel amiga-
de cuatro años de edad –cuerpo perfecto-
con cabello liso, ondulado, y recto
ebria en las tardes sonó “Oda al defecto”,
y la escueta melodía fatiga
el calor de hogar carente en albergues;
–prima contorsionada, aguda abriga
hipando un bend en tu honor… no mal juegues-…


II


Si tu acto circense la pena liga:
esfuerzos baldíos, caricias idas,
besos amargos; ¡¡¡MIS CARICIAS IDAS!!!,
notas poetas abiertas perdidas
bien la bondad dormida quien prosiga
colerizada a tu risa beata;
–segunda, al tenor y al soprano abriga,
y al contralto también; una es calata-.


III


Sol de la tarde: que el deseo siga,
que abrace la pasión de la mentira;
hipócrita excitada si me mira,
si desde abajo o arriba el rostro vira.
Las cinco letras no dejo que diga
al dar un beso antes, directo amarra;
–tercera, a las cuatro voces abriga
y a un acorde mayor en mi guitarra-.


IV


Re suena en “Conversión total” –mi, espiga
datos funestos-, pero antes, mi emblema,
nocturna ebria inspiración de mi lema,
signado por un astro: “Otro problema”.
¡Adiós reata, parte de la viga!
Cerca a mí la fugaz estrella esquiva;…
–cuarta, sonante del bajo que abriga
la voz sincera en loor a Circe, ¿diva?-


V


La dualidad tuya es la danza Giga:
rápida, compleja y por un solista,
cabe alternación de estado animista:
si, no, si, no o si, no, si, no, arribista,
y eso sí, memoria más de una giga
recordándome solo permanecer;
–quinta, penúltimo bajo que abriga
inicio a “Dulces sueños” del psico ser-.


VI


Mi guitarra acústica –fiel amiga-
conforme ha sonado agrias melodías,
inclusive en aquellas tardes frías
las reales notas que suenan son mías,
y alegres para Meli’, tu enemiga,
las cuerdas placen de gusto al pisarlas;
–sexta, y en slide desde el doce esta abriga…
las flores que giran al sol, amarlas-.

11.. Lo natural

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Primavera es: flores nuevas;
y arriadas van las hormigas
como unas grandes amigas
cruzando cerca a las cuevas.

Ven el moral, ven comida;
hojas frescas van a cuestas
–andan con las pilas puestas-,
organizada es su vida.

Las dejo en paz. Luego paso
al sembrío de girasoles
pensando si hay otros soles
que semejen nuestro ocaso.

12.. Sin penar
(Soteno)

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Ni la corte suprema sentenció tu alarde
por el crimen cometido ayer en la tarde,
domingo, día de resurrección de Cristo,

porque, según el juez, el crimen no lo ha visto.
Continúas libre, y no esperas, y atormentas
al callado acusado con palabras sueltas;

él se esconde en la oscuridad bajo una vela,
que menea alegre su pálida figura,
observando en la pared la sombra en negrura;
ávida nota al adiós para que no duela,

escribe el último sentimiento en la esquela
–sin vergüenza de odio en desespera amargura-;
esquivo el afecto; el de hoy pronto una cura
el mal sabor de boca escupirá…si vuela.

13.. Destrucción de la Torre de Barajas

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El amor, ¡oh!, como Torre de Barajas,
se desplomó. Por tu propio soplo cayó.
En los restos él se perdió. Nadie lo halló.
No busques más en la Torre de Barajas.

En mil días que han pasado, las tormentas
han cubierto ávidas esperanzas horas
y horas enteras; tiempo incauto que moras
en la Torre de Barajas si violentas.

Cada golpe, varias veces lo he censado.
Son como bombas tus deseos mundanos
dados desde tus labios fresas insanos;
saliva mortal de virus malogrado.

14.. ¡Adiós, a tu memoria!

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La mala suerte ha de rondar cerca a tus pies;
quisiera pedirte perdón por no haberte
llamado al mediodía, ni visitarte
en tu día predispuesto…pero ya ves,

la maldición que ha cabalgado sobre mi…
ella ha desmontado, ha soltado las riendas;
ociosa deja que corra por las sendas,
y libre llego hasta el hogar donde crecí.

Quisiera pedirte perdón por no llamar,
por haber negado el extraño saludo,
con el que hipócritamente quedé mudo,
al ver esa expresión en tu rostro, al llorar

colérica en su propio desaire cuando,
a mi lado, ella, quien estrechó mi mano,
me hizo olvidar tantas caricias que en vano
propicié inocuo a una rosa –deshojando

la resequedad de su oblonga figura-;
por una espina, la sangre derramada
en sus pétalos bajo la luna amada,
desperté de tu embrujo… ya nada augura

solemnidad santa al Amén de tu gloria.
Quisiera pedirte perdón por no haberte…
llamado ni haber pasado a visitarte,
he estado ocupado, borro mi memoria.